Hace tan solo unos años, vincular los conceptos de comercio electrónico y real estate sonaba a poco menos que utopía. El mercado inmobiliario se ha caracterizado siempre por ser un negocio muy tradicional en todos sus procesos. Desde el préstamo, pasando por la tasación o la promoción, hasta la propia firma de compraventa. Sin embargo, la transformación del sector abanderada y catapultada por las empresas tecnológicas, sobre todo a raíz de la pandemia, ha introducido la cultura del clic en el ADN de la compraventa de vivienda y ha acortado de forma drástica los tiempos generalmente largos que sufría gracias al desarrollo de software, apps y soluciones digitales.
Esta nueva realidad se ha ido asentando a medida que el ecosistema de las proptech (las start up que operan en el ámbito inmobiliario) también ha ido evolucionando a pasos agigantados. Sin ir más lejos, el panorama mundial de las tecnológicas de nueva creación se ha disparado un 300% durante la última década, hasta alcanzar la cifra de unas 8.000 empresas, según datos de la consultora JLL. El fenómeno es especialmente significativo en España, que se ha consolidado como uno de los mercados más interesantes. De hecho, se trata del segundo país a escala global que ha recibido más inversión en empresas tecnológicas del negocio inmobiliario. En apenas un lustro, ha pasado de tener 50 start up de real estate a más de 500. Entre julio de 2020 y junio de 2021, estas nuevas ideas de negocio captaron 856 millones de euros, una cifra solo superada por un gigante como EEUU, según recoge el estudio Proptech Global Trends 2021, elaborado por ESCP Business School. Lo llamativo del caso en nuestro país es que la expansión de las proptech no ha hecho más que comenzar. Así lo cree Carlos Blanco, fundador y presidente de Nuclio, quien subraya que "la cuota de mercado online en España es de poco más del 1%, así que queda un gran camino por recorrer, ya que otros países europeos están cercanos al 10%", argumentando que la gran dispersión y fragmentación que existe en un mercado como el inmobiliario, donde aún hay un nivel bajo de digitalización, "siempre representa una oportunidad para una start up".